28 de marzo de 2012

Muere la Primera Estrella del Porno Español

FALLECE LINA ROMAY


El pasado día 15 de febrero murió en Málaga Lina Romay, compañera sentimental de Jesús Franco, actriz de cine convencional y primera estrella de la historia del porno español. María Rosa Almirall, que era su nombre real, había nacido en Barcelona el 25 de junio de 1954. Tras estudiar Bellas Artes, decidió dedicarse al cine. Para ello, eligió el seudónimo de Lina Romay en homenaje a una de las cantantes de la banda de Xavier Cugat de los años 40. Casada muy joven con el actor y fotógrafo Raymond Hardy, Romay participó en algunas obras teatrales hasta que conoció a Jesús Franco, de quien se enamoró después de divorciarse de Hardy. Al lado de Franco, Lina Romay desarrollaría toda su carrera artística como actriz, guionista, ayudante de dirección y hasta directora, pues 12 de las películas atribuidas a Jesús Franco están firmadas por ella.

Su debut en el cine se produjo en 1972, en La maldición de Frankenstein, de Jesús Franco, donde ya demostró su capacidad para interpretar cualquier tipo de personaje. Entre 1972 y 1984, Romay fue la musa del director madrileño, ya que apareció en todas las cintas dirigidas por este. Filmes de género que le dieron la oportunidad de interpretar personajes históricos, aventureros o eróticos, todo lo que Franco hacía. Al mismo tiempo, Lina Romay fue ganando prestigio como actriz de filmes “soft” gracias a su presencia en películas como El fontanero, su mujer y otras cosas de meter o Apocalipsis sexual, ambas de Carlos Aured.

Con la legalización del porno en España, Franco y Romay se lanzaron de cabeza a producir filmes X, lo que los convirtió en los pioneros del género en nuestro país. Ambos dirigieron, produjeron y, en el caso de Lina, interpretaron más de una decena de filmes que se cuentan entre los más entrañables pornos jamás realizados en España. Eran películas rodadas con mucho sentido del humor y con pocos medios, en las que Romay llevaba la voz cantante del reparto y, en muchos casos, escribía las historias en colaboración con su pareja, o ayudaba en la realización. En esos años no se limitaron a hacer porno, ya que ambos facturaron otros filmes de género, que compaginaban con los X. Con los seudónimos de Lulú Laverne, Candy Coster o Lenny Hayden, Romay figura como directora en la mayoría de esos primitivos filmes X hispanos, aunque la mayoría de los estudiosos de la obra de Jesús Franco coinciden en que fue el director madrileño quien asumió la responsabilidad de realizar todas esas cintas. Su filmografía como actriz incluye títulos como El ojete de Lulú, Una rajita para dos, El mirón y la exhibicionista o Phollastia.

En 1987, Jesús Franco abandonó el porno para seguir realizando películas de género y Lina Romay lo secundó en su decisión. Desde entonces, ambos siguieron haciendo cine, aunque la presencia de Lina Romay delante de las cámaras se redujo notablemente en los últimos años. Pero, hasta su muerte, Lina Romay fue su compañera, amiga, amante y enfermera, la mujer que estuvo detrás del mito y ahora se marcha dejando a Jesús Franco y a todos los aficionados del cine de serie B sumidos en la mayor de las tristezas.

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